jueves, 27 de abril de 2023

“El buen saber del Espíritu se confunde con la trayectoria analítica del intelecto. No analicemos pues la cosa como tal, sino la continuación de la misma. Un lápiz no es un lápiz, sino la continuación del pensamiento. No le demos importancia al objeto, sino a la absorción de la cual se nutre tal cosa.”


A veces, la alteración de la conciencia nos lleva a descubrir cuantas posibilidades se encierran en nuestro mundo aparentemente superficial.  

Es una sensación de vértigo feliz que no se encuentra en las cosas que están en nuestro alcance, y que nos proporcionan más  satisfacción que toda la materia en sí misma.

Existe una realidad determinante que te empuja a crear otro tipo de visión y que actúa de una forma invisible. Invisible a ojos físicos, -pero no siempre-.

Mucho de nuestro tiempo terrestre se tarda en descubrir cual es nuestra razón de ser y que motivos nos impulsa a dejar atrás todo aquello que significa nuestra vida común o simple.

No solo es lo que percibimos lo que alimenta nuestra existencia que puede llegar a ser monótona y aburrida, es más bien algo magnético que fluye de las cosas y las personas en donde no se materializa el engaño, sino el sentir del verdadero Ser.

En la extensa historia humana se han dado cita numerosos incidentes no comprensibles para el hombre. Las visiones de lo divino con sus mensajes y más tarde las creaciones de escuelas de misterios o las organizaciones religiosas, se impregnaron en todas las culturas y razas del planeta, siendo su consignas ofrecer a sus gentes el mensaje recibido de sus guías y maestros o bien directamente de sus dioses. 

Durante el proceso de nuestra existencia hemos tenido modificaciones en nuestra visión mental. Esa visión ha ido variando según las adaptaciones en nuestro hábitat, con lo cual ese entorno nos fue propicio para establecer los contactos con lo divino o extrasensorial. 

Nuestra mente se ha ido estructurando por las interpretaciones perceptivas de su entorno, y esa estructuración nos ha llevado a recorrer diferentes "modalidades psicológicas" las cuales se han derivado hacia diversos conceptos para nuestra organización en todos los campos, tanto en ámbitos sociales comunes como espirituales. 

En realidad, los hombres no son diferentes a la hora de exponer sus creencias, ya que la energía cósmica inteligente se adapta a diferentes estados o componentes mentales, con lo cual tenemos esa “diferenciación” en todo lo derivado a lo espiritual de cada hombre y las creencias difundidas en nuestro mundo.

Nuestro mundo está interconectado con unas energías concretas que son las que siempre han convivido en el planeta, siendo las encargadas de organizarnos a nivel atómico y celular. Estas energías inteligentes envían mensajes con formas y conceptos apropiados para nuestro entendimiento racional. 

Son subliminales e inteligibles, y aunque nuestras capacidades mentales no se encuentran preparadas para asimilar una verdadera pureza de esa expresión manifestada, si se pueden llegar a comprender con análisis al margen de las conductas y normas conceptuales.  

Lo Subliminal es lo que hace siempre posible lo material. ¿Puede la ciencia pesar un átomo? No, pero sin embargo existe.

Lo Subliminal forma parte de lo real ya que no está desconectado de lo físico. Física y química se unen para crear lo que ya está creado en el Macrocosmos. 

El Ser sublime es aquel que ha trascendido a otra realidad no solo física, pues todo parte de la mente instintiva y no de la mente racional. 

Antes que se plasme la materia, existe una energía que es de las formas, y esas formas están en la parte magnética de los espacios tanto terráqueos como aéreos. Estas últimas no se ven, pero pueden captarse a través de sensores de sonido que hoy en día dispone la ciencia, pero precisamente al igual que detectores físicos también los hay psíquicos.

Hay seres humanos que son capaces de traspasar las barreras de esa “no realidad”, es decir; que si disponemos de una mente primitiva racional e instintiva, podemos ser capaces de acceder a otros campos que funcionan igual que la telepatía, pero a un nivel más sublime. Teniendo en cuenta que disponemos de esta base psíquica, podemos ampliar los esquemas y no ser limitados. Hay personas muy sensibles a lo subliminal, y que precisamente de éste punto invisible parte la idea germen. La idea germen no parte del intelecto, sino del acceso de otra fuente invisible. Los grandes sabios de la historia siempre han estado guiados por esa fuente ya que una mente en sí misma como masa jamás sería tan poderosa si no accediera a las capas más sublimes. Esas capas conectan con el universo y con toda la sabiduría estelar, y ese es el Gran Legado para la Tierra; su herencia.

Solo a través de una depuración de conceptos, actitudes socioculturales y una observación interior profunda, podremos reconocer y deducir el proceso evolutivo de la Magnificencia de La Vida en todas sus vertientes. 


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